Este restaurante, que recibe el nombre de la famosa obra de Tólstoi, está situado en el centro de Murcia, concretamente en la calle San Lorenzo. El restaurante consta de dos plantas, la principal y la baja, en donde se encuentra la magia de este lugar, gracias a las ruinas de baños árabes del siglo XIII. Con respecto al servicio, es muy servicial y profesional. He tenido el placer de visitarlo en dos ocasiones y en las dos he salido muy contento. Me dispongo a dar mi opinión de la segunda visita que he hecho.
Continuamos el tataki de atún con polvo de aceitunas y salsa de yogurt de aceite de oliva, es de los mejores tatakis que he podido comer, además tiene un color rojizo muy apetitoso.
Seguimos con la ensalada de frutas que daba diferentes contrastes, muy sabrosos, frescos y dulces.
Seguidamente probamos un canelón de cordero con calabaza, miel y menta. Desentoanaba un poco con el resto de los platos, aún así era un plato correcto.
Probamos el ravioli de toro y setas, que estaba sencillamente exquisito.
Finalmente, acabamos probando una de sus famosas tablas de queso, además con un maridaje excelente. No hay forma mejor de acabar.
La primera vez que asistimos probamos uno de los platos que más nos gustaron, el solomillo. Estaba delicioso, así como las finas patatas con lonchas de beicon escondidas que le daban el toque ahumado perfecto.
En cuanto a la calidad precio, la calidad es muy buena y el precio adecuado aunque a veces desequilibrado, según los platos que se escojan. Es un sitio altamente recomendable en el nuevo panorama gastronómico murciano. Sin duda, volveremos.
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